Concepción del cine de James Whale


Es difícil encontrar con exactitud alguna entrevista en donde James Whale hable sobre lo que significaban para él mismo el cine y sus películas. Así que la información que se presenta a continuación es el resultado de un rastreo que se hizo sobre la concepción del cine del director en base a la película de la vida de James Whale titulada “Dioses y Monstruos”.  
James Whale en su concepción estilística del cine inserta su personalidad y la embotella para dejarla fluir en la atmósfera de sus producciones, éstas son el camino más indicado para comenzar a descubrir la personalidad de Whale.
Sus temores de farsante de clase, su homosexualidad intentando ser vivida con naturalidad… no sólo en su historia personal sino dentro de sus películas. (...) y en mucho mayor grado su origen de clase que él siempre pretendió borrar, determinaron una psicología particular que se traduce, sublimada, en ese sentido del (cine de) horror tan único y tan moderno en sus mejores expresiones. (Sánchez. 2011).*  
Así mismo el director se reconoce en su obra, ejemplo es el de Frankenstein donde el personaje era una forma de representarse a sí mismo, el cómo se sentía diferente en la clase social a la que pertenecía y creía que espiritualmente tal vez sería saciada su procedencia plebeya.  
Whale siempre prestó gran importancia a las características de sus actores como a la dirección de arte de sus películas, al momento de conocer a Boris Karloff  quien sería el actor que interpretaría al monstruo Frankenstein no pudo disimular la fascinación por su cráneo, y pronunció las siguientes palabras:
"Su cara, señor Karloff, tiene interesantes posibilidades. Permítame presentarme. Mi nombre es Whale. ¿Le vendría bien acudir mañana por la mañana a los estudios Universal para una prueba para mi próxima película, «Frankenstein»? Perdóneme si no le doy ningún guión. Al fin y al cabo, su personaje tampoco lo necesita".
Inclusive le fascinaba el anonimato de Boris por aceptar las exigencias y tomar su papel a pecho, considerando su actuación un trabajo de esfuerzo. Pues Boris no se rehusó nunca al pesado traje y aceptó sin mayores caprichos como se acostumbraba en el mundo del cine y las estrellas famosas.
Las transformaciones que tuvo en Frankenstein y la figura del Hombre Invisible fueron representaciones metafóricas de su visión y su posición en el mundo.
El cine para Whale fue posibilidad de nuevos recursos y catarsis de toda su creación artística y emocional, sin más ni menos se puede decir abiertamente que sus películas son el rastro de James, la esencia artística de éste director yace en sus películas. Particularmente se adentra al mundo de lo irónico, la crítica de la iglesia y su aire provocador que son estrategias inconfundibles que utilizaba en la creación de sus obras. Se debe destacar que el cine es una de las manifestaciones más sensibles que tiene el hombre, éste posibilita al hombre desbordar su intimidad, fascinación y fijación que tiene ante la vida lo acontece.
Ansiedades e intrigas plasmadas en el estudio, un maravilloso mundo que sedujo a James Whale. Una vez en la cima, conquistando los espectadores y explotando las taquillas todo se fue en declive, decidió no seguir dirigiendo y “liberarse”, -así lo denominó él mismo- de ese mundo del cual cruza la vida de un cineasta. Cerrar el telón y darle fin al espectáculo, recordando así como se cerraban las cadenas y caía en un hedonismo que lo embriagaba.
Tenía claro que era un artista y el arte era de vital importancia para él, incluso en el culmen de su vida, en el que se dedicó principalmente a la pintura, período que fue tormentoso, desde la más íntima desazón que empezó a sufrir por el acabose de su juventud hasta los últimos momentos en que el pasado lo perseguía.
Whale se retiró del  cine en los años 50’s, sufrió dos derrames cerebrales y de una fuerte depresión. Retirado de sus amigos más cercanos sufrió en soledad, perdió su independencia debido a su enfermedad y más tarde murió en lo que al parecer fue un suicidio, un 29 de Mayo en 1957 ahogado en una piscina a sus 67 años, Whale dejó una nota antes de morir en la que escribió estas frases  "El futuro es sólo la vejez y la enfermedad y el dolor... Debo tener paz y esta es la única manera".
La muerte de Whale fue su última puesta en escena magistral. Estas fueron las últimas etapas del gran director, así era James Whale, su cine era él, y lo hizo de forma radical, intensa y llamativa, Bill Condon le brinda un homenaje póstumo con su película Dioses y monstruos (1998).





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*Sánchez, A., (2011). Bajo la máscara: “James Whale. El padre de Frankenstein”, Un encuentro con Juan Andrés Pedrero Santos. Creando Mitos en Hollywood de los años 30.

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